Nacho Vegas está triste, ¿qué tendrá Nacho Vegas?
En realidad, Nacho está más que triste. Está sombrío, apesadumbrado y cansado. Se mueve despacio, habla muy poco y esconde los ojos bajo el flequillo, a medio camino entre una timidez patológica y la apatía más extrema. Si este no fuera el lugar elegante y exquisito que es, me atrevería a decir incluso que tal vez se la suda todo, porque el ha venido a hablar de su disco y eso es exactamente lo que piensa hacer.
Pese a todo lo anterior, o quizás por todo lo anterior, la gente guarda un respetuoso silencio a su alrededor mientras Nacho, desde su burbuja, habla de personajes malditos y extraños lugares. Porque Nacho está triste, si, y puede que apático, pero nadie como él para animarte una noche cualquiera de martes a cantar (bajito, eso sí, que no es cuestión de despertarle) aquello de "fracasé una vez, fracasé diez mil y aún así alzo mi copa hacia el cielo..."