Cada día, cuando logro escapar con vida y sin ningún tipo de lesión externa o interna de uno de esos autobuses que recorren como auténticos suicidas las maltrechas calles de esta ciudad, recobro un poco mi fe. Y entiendo también algo mejor por qué a este lado del Atlántico el de arriba tiene una clientela tan devota...
"...¿como te has dejado llevar a un callejón sin salida?. El mejor dotado de los conductores suicidas..."
Hace 3 años
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