Hace calor. Te calzas las chanclas y las bermudes y bajas a hacer la compra. Podría ser un día cualquiera, uno de tantos. Pero mientras avanzas entre estanterías familiares llenas de comida puedes percibir algo extraño. Los ojos de una multitud de pingüinos, muñecos de nieve, renos, papanoeles y otros pintorescos personajes se clavan en tí. Tratas de recordar que día es hoy y la pinta que llevas, te dices que es imposible y les rehuyes la mirada. Pero ya es tarde, la emboscada estaba muy bien montada. Y tú acabas saliendo de allí sin nada de lo que querias pero con una bonita caja de galletas de Navidad y una estupida mueca de felicidad en la cara que hoy nadie ni nada te podrá borrar.
"And my friends, I've returned to wish you a happy Christmas..."
Hace 3 años
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