Como si de algún modo presintiese su marcha, la ciudad decidió ofrecerle un último regalo en ese preciso instante. Quizás para recordarle también que volver a casa por la mañana tras una intensa noche mientras fuera de un taxi comienza a amanecer nunca será tan bonito como lo fue aquel año.
tengo ganas de verte y q me cuentes tooodos esos colores y esas cosas q has visto por alli... hasta yo tengo nostalgia con lo q escribes :(
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