13 jun 2010

Catarsis técnica

Una calurosa tarde de verano en un punto indeterminado de los EE.UU, los que mandan en la cosa de la informática y las nuevas tecnologías, por entonces no tan nuevas ni tan tecnológicas, celebraron un cónclave. El objetivo era encontrar un símbolo común para transmitir a los usuarios un sentimiento de respeto y temor al mismo tiempo que los mantuviera a raya. Inspirados en las religiones, que en esto de acojonar al personal siempre han estado un paso por delante, eso hay que reconocérselo, los señores ejecutivos deliberaron durante horas. Un elefante anaranjado y un triángulo verde fueron descartados por distintos motivos, aunque igualmente contundentes. Finalmente el elemento elegido fue una pantalla azul con un código alfanumérico sin ninguna lógica aparente a ojos del común de los mortales. Aunque al principio fue tildada de snob, la pantallita azul ha ido abriéndose paso en el imaginario colectivo hasta conseguir su efecto deseado, el de provocar el pánico entre aquellos que, como yo, se sienten indefensos y vulnerables ante cualquier imprevisto informático. El éxito alcanzado fue tal que, en lo sucesivo, aquel simple pero efectivo símbolo sirvió para recordarnos además lo imperfecto de nuestra naturaleza, nuestra innegable tendencia a repetir viejos errores y nuestra incapacidad manifiesta para retener en nuestros maltratados cerebros tres sencillas pero proféticas palabras: copia de seguridad.
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Oysterboy está dolido, herido en su amor propio y planeando pasarse a la máquina de escribir a la de ya. Porque ojalá todo en esta vida se arreglase con un formateo.

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