En el caso de Río y de mi barrio además de la oscuridad llegó también el silencio. Acostumbrado como estoy a dormir mecido por el suave susurro de bocinas de autobuses, un tráfico desproporcionado, sirenas a horas intempestivas y gente dando voces en la calle sin motivo aparente, anoche me metí en la cama con una agradable e inusual (a la vez que perturbadora) sensación de silencio. Estuvo bien, si, pero a decir verdad espero poder recuperar hoy el ritmo habitual de mi querida y ruidosa cidade maravilhosa...
"No es la luz lo que importa en verdad, son los doce segundos de oscuridad"
Hola Eduardo! Una compañera brasileña me ha contado el chiste de moda en Río, ¿me lo podrías confirmar?
ResponderEliminar- ¿Qué le dijo el presidente de la compañía eléctrica al becario cuando se fue a casa?
- "Cuando te vayas, acuérdate de apagar la luz".