30 mar 2011

NV

Nacho Vegas está triste, ¿qué tendrá Nacho Vegas?
En realidad, Nacho está más que triste. Está sombrío, apesadumbrado y cansado. Se mueve despacio, habla muy poco y esconde los ojos bajo el flequillo, a medio camino entre una timidez patológica y la apatía más extrema. Si este no fuera el lugar elegante y exquisito que es, me atrevería a decir incluso que tal vez se la suda todo, porque el ha venido a hablar de su disco y eso es exactamente lo que piensa hacer.
Pese a todo lo anterior, o quizás por todo lo anterior, la gente guarda un respetuoso silencio a su alrededor mientras Nacho, desde su burbuja, habla de personajes malditos y extraños lugares. Porque Nacho está triste, si, y puede que apático, pero nadie como él para animarte una noche cualquiera de martes a cantar (bajito, eso sí, que no es cuestión de despertarle) aquello de "fracasé una vez, fracasé diez mil y aún así alzo mi copa hacia el cielo..."

21 mar 2011

Remember gastronómico

Una cerveza doble, dos euros con cincuenta. Tanqueray con tónica, seis euros. Perrito con cebolla frita, pepino agridulce y bien de remoulade, cuatro euros. Retroceder cuatro años de un sólo bocado, con buena música de fondo y la mejor de las compañías, no tiene precio.

16 ene 2011

Sol

Que si, que ya se que Madrid no tiene mar. Pero oye, en enero con sol y en una terraza gana bastante. Quien sabe, lo mismo acaba por engancharme....

2 ene 2011

Impar (y primo)

A pesar de mi falta de ortodoxia para casi todo hoy me he dado cuenta como, sin premeditación alguna, todos acabamos incorporando pequeñas rutinas que terminan por convertirse en tradiciones con el paso de los años. Así, mientras voy plegando minuciosamente mi vida para llenar hasta el último hueco de varias maletas, me recuerdo a mi mismo haciendo exactamente lo mismo y en fechas similares dos años atrás. Y cuatro más. Años impares que empezaron con unas maletas, un billete con destino a algún lugar y la poderosa atracción que genera lo desconocido.
Del mismo modo comienza este 2011. Impar y primo, un poco (bastante) como yo. Será por eso que no puedo evitar sonreir por dentro, pensando que de cumplirse esta (in)voluntaria tradición, este debería ser un gran año. 

Porque, esta vez si, "yo me bajo en Atocha, yo me quedo en...."