3 may 2009

Día 116. Papa Noel y el espíritu olímpico

Mientras el mundo dividía sus conversaciones entre la crisis y la gripe A (no vaya a ser que ningún cerdo se moleste), aquí en Brasil, acostumbrados a marcar su propia agenda al margen de todo y de todos, sólo se habló de una cosa, las Olimpiadas. Una semana en la que la comisión evaluadora del COI visitó y analizó la candidatura olímpica de Río 2016. Una semana de mucho trabajo, pero también de turismo, de cenas, comidas y actividades varias. Agotador. Una semana definitiva para saber las verdaderas posibilidades de Río de cara a acoger los Juegos Olímpicos.



Si me hubiesen preguntado hace un par de meses, cuando empecé a conocer los detalles de la candidatura brasileña, hubiese podido asegurar que antes se derretirían los polos que Río de Janeiro organizaría unos Juegos Olímpicos. Y no se si será que tras cuatro meses aquí ya sufro una especie de síndrome de Estocolmo o que hasta yo he sido afectado por el poderoso magnetismo de Lula (al que le dedicaré su espacio otro día), pero lo cierto es que tras esta semana me atrevería a afirmar que los Juegos Olímpicos de 2016 se celebrarán en Río de Janeiro.



¿Por qué? Porque esta es la gran deuda del movimiento olímpico con el continente sudamericano. Porque el deporte (especialmente el fútbol) son parte importante de los valores inherentes de este país y de la ciudad de Río. Porque existe una unidad absoluta y sin fisuras entre todos los escalones del Gobierno brasileño y el propio pueblo carioca. Porque las enormes posibilidades paisajísticas y naturales de la ciudad pueden dar lugar a unos de los Juegos más vistosos y espectaculares de los últimos años. Hoy, cuando quedan exactamente cinco meses para que las portadas se llenen con el nombre de la ciudad ganadora, aquí va mi apuesta para la elección, sobre la que prometo volver el próximo 3 de octubre...

1. Río de Janeiro
2. Tokyo
3. Madrid
4. Chicago


(Se admiten otras apuestas, será divertido echarles un vistazo dentro de un tiempo)





pd: A pesar de todo lo dicho anteriormente, me gustaría acabar el post con una reveladora conversación que tuve en una de las cenas de esta semana con un veterano periodista inglés que ya lleva varias elecciones a sus espaldas...

"-¿Tú crees en Papa Noel?
-Mmmm...no demasiado
-Pues esto es exactamente lo mismo.
-Pero si al final todo esto no sirviese de nada, si los votos estuviesen simplemente marcados por cuestiones personales e intereses propios, estariamos ahora todos participando de una gran mentira....
-Veo que lo has entendido. Bienvenido a la gran mentira..."

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