Santander son los helados de Regma, las rabas del Gelín, los sobaos de Gómez, el mosto, los caracolillos y las quisquillas, el bizcocho con leche en Santillana, las sardinas en Pedreña. Es el barrio, las vecinas para las que siempre tendrás 8 años, la playa del Sardinero, Mataleñas, el faro, la plaza de las cervezas, las focas de la Magdalena. Son los veranos lluviosos, el verde, el olor a humedad, el verde, las carreteras con curvas. El verde. Es mi necesario oasis, mi coartada entre montañas, mi excusa para sentirme forastero en esta tierra que me acoge. Es mi infancia a remojo por el mar Cantábrico y la demostración de que hasta el peor de los apátridas tiene sus raíces en algún lugar.
Hace 3 años
con la boca abierta me has dejado.
ResponderEliminarjajaja
ResponderEliminarY a que se debe exactamente esa reacción? No le gusta Santander?
al contrario, no he estado nunca pero seguro q me encantaría :) lo q me ha sorprendido es tu texto, ¡me ha gustado mucho!
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