11 nov 2009

Día 308. Azuloscurocasinegro

Río de Janeiro, ciudad caótica y bulliciosa donde las haya, dejó anoche de serlo por una vez. A partir de las diez, la luz de mi comedor cedió ante lo que parecia ser una bajada de tensión en el apartamento y que luego resultó ser un apagón que afectó a 18 estados brasileños y casi la totalidad de Paraguay. El resultado, cerca de 70 millones de personas a oscuras durante varias horas, incluido un servidor.

En el caso de Río y de mi barrio además de la oscuridad llegó también el silencio. Acostumbrado como estoy a dormir mecido por el suave susurro de bocinas de autobuses, un tráfico desproporcionado, sirenas a horas intempestivas y gente dando voces en la calle sin motivo aparente, anoche me metí en la cama con una agradable e inusual (a la vez que perturbadora) sensación de silencio. Estuvo bien, si, pero a decir verdad espero poder recuperar hoy el ritmo habitual de mi querida y ruidosa cidade maravilhosa...



"No es la luz lo que importa en verdad, son los doce segundos de oscuridad"

1 comentario:

  1. Hola Eduardo! Una compañera brasileña me ha contado el chiste de moda en Río, ¿me lo podrías confirmar?
    - ¿Qué le dijo el presidente de la compañía eléctrica al becario cuando se fue a casa?
    - "Cuando te vayas, acuérdate de apagar la luz".

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