Recuerdo haber pronunciado días atrás algo así como que mis últimos días aquí se planteaban tranquilos. Lo recuerdo mientras el avión en el que voy montado atraviesa Brasil de lado a lado, desde Sao Paulo hasta Fortaleza, con destino final a Santarem, en el corazón de la Amazonía. Supongo que no podía irme de aquí sin conocer esta parte del país, aunque para ello tenga que coger 7 aviones en 4 días y volver a poner a prueba a mi (últimamente) precario estado de salud.
Viaje relámpago al Brasil más profundo, y un último señuelo para despistar a la inevitable cuenta atrás. La burbuja se empieza a romper, que Lula nos pille confesados....
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Hace 3 años
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